Lo más habitual para financiar circulante es la utilización de líneas de descuento comercial o anticipo de recibos bancarios y pólizas de crédito. Sin embargo existen otras opciones como el empleo del factoring.
Mediante el factoring, la empresa contrata un conjunto de servicios de cobertura de insolvencia, gestión y financiación aplicable a las ventas a crédito realizadas a sus clientes, tanto nacionales como extranjeros. Dichos servicios se ofrecen a partir de la “cesión mercantil ” de las facturas a una entidad bancaria.
El factoring está destinado a todas aquellas empresas pequeñas, medianas o grandes que realicen ventas con pago aplazado entre 30 y 270 días, a aquellas que utilizan la transferencia o el cheque como forma de pago o que cobran por pagaré o letra aceptada, a las sociedades que a parte de la financiación de sus ventas precisan de la cobertura de insolvencia de las mismas, a aquellas que poseen un número limitado de compradores que representan una parte importante de su cifra de ventas, o a empresas en expansión que necesitan financiación para poder seguir creciendo.
Existen diferentes modalidades de factoring:
a)Según los servicios que necesite la empresa:
o Factoring “sin recurso”: dirigido a empresas que venden a otras empresas y que, además de la financiación, quieren asegurarse el cobro de sus ventas a crédito y necesitan contratar la cobertura de insolvencia.
o Factoring “con recurso”: destinada a pequeñas y medianas empresas que necesitan financiación porque venden a grandes empresas o multinacionales que pagan por reposición, o bien que tardan mucho tiempo en disponer de un documento negociable.
b)Según el tipo de deudor que ceda la empresa a la entidad bancaria: sociedad privada nacional, extranjera o sociedad pública.
En general el factoring posee diversas ventajas pues permite a las empresas desenvolverse y crecer con seguridad (en la medida en que sus clientes merezcan los riesgos que se derivan de la venta a crédito), descongestionar su administración (porque no tiene que realizar la clasificación crediticia de los compradores, ni asumir el riesgo de insolvencia, ni gestionar los cobros) y obtener la financiación automática de sus ventas en paralelo a su crecimiento.
Juan V.
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