Cada día que pasa hay más gente que se abre los ojos a la realidad y es capaz de mencionar la palabra crisis.
Es difícil reconocer que estamos pasando por una situación en la que si queremos sobrevivir hay que apretarse el cinturón lo máximo posible, pero mi abuela siempre utiliza un sabio refrán:
“Dios aprieta pero no ahoga”.
Esta dura realidad se refleja todos los días en los periódicos en los que la mayoría de los titulares mencionan entre otras cosas, el incremento constante del paro, si bien es cierto que lo que agrava este escenario es que las empresas que están sobreviviendo no están tan boyantes como para contratar a todos esos parados que engrosan los listados del “INEM”.
La pregunta que surge en estos momentos es evidente ¿qué hace esta gente que no tiene trabajo? ¿de qué viven?. La verdad es que actualmente no somos demasiado optimistas y lo que solemos hacer es sentarnos a pensar y pensar, pero ¿por qué no nos aprovechamos de la temida “crisis”?
Pensando en positivo, hay algunos negocios que salen beneficiados en épocas de recesión, como por ejemplo los detectives privados, las consultorías, abogados, empresas de formación… y esto se me ocurre sin dar muchas vueltas a la cabeza pero la cuestión es tener una buena idea e intentar llevarla acabo. Llegados a este punto, todo el mundo me diría que no es tan fácil como tener una idea pero ese argumento es rebatible.
El punto de partida de este planteamiento sería una persona que únicamente dispone de una idea. En primer lugar necesitamos dinero para iniciar el proyecto. ¿Financiación?
Qué lejos vemos esta opción ya que la mayor parte de la población no tiene bienes a su nombre y los que tienen están hipotecados… Parece que se empiezan a convertir en humo todas nuestras esperanzas…
Desde Círculo Gacela lo que recomendamos es acudir a una Caja de ahorros y solicitar un microcrédito. El destino de este tipo de financiación es siempre la puesta en marcha o la consolidación de una empresa (donde se incluyen a los autónomos), con la que la persona emprendedora pueda crear su propio puesto de trabajo, dar respuesta a una situación de desempleo, incorporar al mercado una actividad que esté desarrollando en la economía informal, o bien mejorar su situación económica y laboral.
Las condiciones más habituales suelen ser (aunque dependerá de la caja que se trate):
-Importe máximo: 25.000 €.
-Plazo de amortización: máximo 5 años.
-Hasta 6 meses de carencia opcionales.
-Sin garantías ó avales
-Sin comisiones de apertura, estudio ni cancelación anticipada.
-Destino de la inversión: activo fijo (reforma de local, compra de maquinaria, herramientas, equipo informático…) y/o activo circulante (mercancías, existencias iniciales, etc…).
La tramitación de un microcrédito se resume en cuatro sencillos pasos:
1. Elaboración del Plan de Empresa, y si el proyecto resulta viable, presentación de la solicitud de microcrédito en una Caja de ahorros.
2. Entrevista personal, en la que tendrás la ocasión de presentar y explicar personalmente tu proyecto empresarial.
3. Estudio de la operación y resolución en un plazo máximo de dos semanas desde la entrevista.
4. En caso de aprobación, formalización de la operación y disposición de los fondos.
Como decíamos anteriormente, hay que sacar lo máximo positivo de una situación negativa
Vanessa T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario